miércoles, diciembre 06, 2006

como volver a casa



es el olor, mezcla de humedad, mar y castañas asadas. son las calles que las conozco casi todas. Los edificios, bajos en Gracia, señoriales en el exaimple, y nostálgicamente antiguos en el gótico/borne/raval. El acento de eles alargadas y "aes" tipo "oes". Los forn de pans, els carrers, y el aquest tren finaliza el seu recorregut en aquesta estació. me rio. y camino. Porque es lo que hice y lo que hago siempre en Barcelona. Perderme en las callecitas del Borne, sentarme en un banco de la iglesia Santa María del Mar, y volver a tocar la arena, escuchar el mar y envidiar con toda el alma a los que lo navegan en este mediodía de invierno.

y después las caras amigas, el vino y el negroni para terminar de decirnos que la culpa es de Roman Gubern, que los lazos son intensos y casi tres años después podemos afirmar que el viaje valió la pena, que no me reconozco antes de Bcn y que es lindo volver a verse las caras. que da mucho gusto, en serio tía. y caminar. entre la gente que baja y sube la rambla. y miro el piso y no puedo creer alguna vez haberme acostado ahí, horizontal al cielo sin poder creerme que estaba viendo las estrellas de BCN, esas que por estar del otro lado nunca había visto.

y un poco más tarde la cosita hermosa, mezcla deliciosa de petitsuisse y la enchilada chiquis más simpática. hay fotos, hubo conversación y la agradable sensación de sentirse entre amigos.

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